Dentro y fuera del D.F., la ciudad de México en tiempos y lugares diversos se plasma infinita, por ratos se siente caer la noche sobre nuestros hombros, pesada y asfixiante.
A veces ligera, liviana como esa bocanada que nos devuelve a la vida, etérea, intangible. Abarcar la multiplicidad de las opciones no será tarea fácil; peor aun si añadimos el elemento cultural.
¿Qué nos define como capitalinos? ¿Qué nos gusta y por qué? ¿Qué eventos cotidianos nos trascienden?
El cielo es el límite y el pan de cada día se encuentra en lo más recondito de este laberinto multicultural, tergiversado, descompuesto, podrido, exaltado, vibrante, hilarante y surreal.
A veces ligera, liviana como esa bocanada que nos devuelve a la vida, etérea, intangible. Abarcar la multiplicidad de las opciones no será tarea fácil; peor aun si añadimos el elemento cultural.
¿Qué nos define como capitalinos? ¿Qué nos gusta y por qué? ¿Qué eventos cotidianos nos trascienden?
El cielo es el límite y el pan de cada día se encuentra en lo más recondito de este laberinto multicultural, tergiversado, descompuesto, podrido, exaltado, vibrante, hilarante y surreal.
